Los españoles que aceptaron la Reforma Protestante apostaron por el castellano. En un tiempo en que el latín dominaba la literatura religiosa, ellos entendieron que la Biblia y la doctrina debían acercarse a la lengua del pueblo y dedicaron su vida a luchar por ese ideal.

Antonio Muñoz Molina, escritor y catedrático de la Lengua, junto a otros intelectuales e historiadores, nos muestra hoy la importancia de este legado.