Con este cuarto capítulo completamos la serie emitida este verano sobre educación y abordamos esa etapa tan temida cuando otros padres te dicen: “Estás entrando en lo peor”. Hablamos de la preadolescencia, que se estima abarca el período entre los nueve y los doce años.
Los padres debemos estar preparados para enfrentar los nuevos retos y situaciones de la crianza. Ellos van dejando de ser niños camino de la adultez y nosotros tenemos que hacer el duelo de ese cambio.
La doctora en psicología Claudia Porras, especializada en neuropsicología, nos advierte de que “el premio llegará a largo plazo”, una perspectiva que nos ayudará en el ejercicio de la paternidad. También indica que en esta etapa de importantes cambios físicos, hormonales y emocionales, el joven busca aceptación, necesita tomar sus propias decisiones para reafirmar su identidad ante sus iguales. Debemos dejarles acertar o equivocarse.
Por su parte, Esteban Figueirido, psicólogo especializado en terapia familiar y pastor evangélico de una iglesia en Vigo, aclara que “es importante incidir en la conducta, pero no en la persona”. Estar siempre presentes, hacerles sentir amados en cualquier circunstancia es vital para una buena autoestima presente y futura.
En esta etapa entran en juego la paciencia, la empatía, la comprensión de los padres y el apoyo mutuo de la pareja para funcionar como un equipo, además de un comportamiento coherente. Aceptar las diferencias de opinión o ampliar la capacidad de negociación con ellos son otras de las claves.