La sociedad occidental está rebajando de manera deliberada la dignidad del ser humano. La ideología predominante está redefiniendo la naturaleza del hombre y la mujer, legislando y creando un entorno cada vez más alejado y hostil hacia los valores bíblicos sobre la vida, la muerte y la creación. Por eso, es importante que como cristianos hagamos un alto en el camino y dialoguemos sobre bioética.