Si alguien fuera capaz de demostrar que Jesús no resucitó, acabaría con el cristianismo. Muchos lo han intentado desde el principio, pero hasta ahora nadie lo ha conseguido. Por eso, sigue habiendo razones para celebrar que Jesús está vivo, como nos cuenta hoy Luis Fajardo, director general de la Sociedad Bíblica de España.