La Navidad está cerca. Muchas ciudades de España ya tienen sus calles iluminadas con motivo de esta celebración. Para algunos, hablar del nacimiento de Jesús está relacionado con la religión o la tradición. Pero pocas personas se han parado a pensar en los detalles y simbolismos en torno a su llegada. En este tercer episodio sobre el nacimiento de Jesús vamos a descubrir aspectos muy reveladores en torno a su alumbramiento, acercándonos al Evangelio de Lucas.
El autor de este Evangelio es médico, un hombre de ciencia, y no tiene ningún problema en dar fe del nacimiento sobrenatural de Jesús, dice Luis Fajardo, director de la Sociedad Bíblica.
José y María tuvieron que viajar a Belén en un momento crítico del embarazo, ya que estaba llegando a su final. Pero debían empadronarse y cumplir así con la legalidad. También sabemos que, una vez allí, fue difícil encontrar un lugar donde hospedarse. Para Fajardo no era algo extraño en una población de unos dos mil habitantes donde llegaban otros viajeros con el mismo cometido, a pesar de que tenían todo un año para hacerlo.
Para Luis es significativo que Jesús nazca en Belén y en un pesebre por el simbolismo que encierra. Belén era la ciudad donde se separaban los corderos que nacían limpios, sin mancha, para ser sacrificados en el templo. Y el pesebre es esa piedra rectangular, propia de los establos, donde se les colocaba al nacer envueltos en un trapo.
Por otro lado, están los ángeles y los pastores. Cuando reciben el anuncio del nacimiento del Salvador, la explicación de los ángeles tiene todo el sentido para ellos dado que conocen muy bien de lo que se les está hablando.
Esto nos muestra que Jesús decide nacer de la forma más humilde y cercana.
